Colección Mnemosine
Poesía belga en lengua francesa. Siglos XIX-XX.
Edición bilingüe francés-castellano.
400 páginas, 15’2 x 22’8 cm.
ISBN: 978-84-947613-2-4
Disponible en:
A menudo la historiografía –tal vez por capricho, quizás con encubierta intencionalidad– deja en el olvido a grandes artistas, como es el caso del poeta flamenco Émile Verhaeren, nacido en 1855 en la localidad belga de Saint-Amand (Amberes). De su trágica muerte –arrollado accidentalmente por un tren en la estación de Ruan– se han cumplido cien años en 2016 sin que dicho centenario haya tenido una gran repercusión, sobre todo si se considera su condición de figura clave de la poesía finisecular decimonónica. Alabado por Stefan Zweig o André Gide, cabe destacar su influencia en el arte español de la época –véase el modernismo catalán–, así como su contribución personal –fruto de sus viajes por la península– a la forja del complejo y ‘traumático’ concepto de la España negra.
Al parecer, los movimientos artísticos de los siglos XIX y XX han quedado circunscritos al foco parisino, sin hacer justicia a la creatividad de áreas ‘periféricas’ como la belga. Ocurre con los surrealistas, pero mucho antes con el grupo de Les XX, fundado por nombres propios del arte de la pintura como James Ensor, Théo Van Rysselberghe o Fernand Khnopff –sin olvidar al asturiano Darío de Regoyos–. Entre los literatos de la Bélgica simbolista, Georges Rodenbach –autor de Brujas, la muerta y compañero de Verhaeren en el colegio jesuita de Sainte-Barbe en Gante–, Maurice Maeterlinck –ganador del Premio Nobel en 1911, galardón al que también Verhaeren fue candidato– o Charles Van Lerberghe –quien dedica a Verhaeren su Chanson d’Ève– demuestran, junto al propio poeta de Saint-Amand, la importancia de las letras belgas del momento. Con motivo del aniversario de su muerte y como homenaje a la interesante carrera de Émile Verhaeren, del que la muchas de sus obras continúan aún sin ser traducidas al castellano, se presenta esta edición bilingüe que reúne los poemas de su ‘trilogía amorosa’: Les heures claires, Les heures d’après-midi y Les heures du soir, de acuerdo con las ediciones de París, Mercure de France, 1909 –para las dos primeras– y la de Leipzig, Insel-Verlag, 1911 –con respecto a la última–.